En el mundo de la donación de sangre/médula y/o órganos, todo se reduce, en mi criterio, sobre todo a la concienciación, altruismo, solidaridad, voluntariedad, y cualquier organización que se precie en alguna de estas causas, tenderá a concienciar a los más jóvenes sobre la importancia de donar. No se dona si en realidad no se está informado de ¿qué es eso de ser donante? El objetivo de tanto altruismo es el de salvar vidas con lo aportado por vosotros, los donantes quienes de algún modo y, sin ventanas abiertas a la notoriedad, dais lo mejor de vosotros mismos para que quienes os necesitan de verdad, puedan seguir adelante con su vida. El objetivo de tu compromiso es palpable. Tú donas y ellos luchan por seguir vivos entre nosotros.
En mi caso, elegí la noble y humanitaria causa de las colectas de sangre, pues la considero de vital importancia, una causa que salva vidas a diario y, sin restar un solo ápice al resto (médula y órganos), esenciales igualmente y de suma importancia para los enfermos que sufren las dentelladas de su enfermedad. Nos necesitan, pues tu sangre es vida, y, en multitud de casos, les salva la suya. Los insignificantes donantes de sangre altruista llevamos más de un lustro a vuestro lado procurando que nadie pierda la vida por falta de sangre. Aportamos sangre segura para trasplantar o trasfundir. Hacemos aquello que nuestra solidaridad y altruismo nos reclama. Por eso reclamo mayor visibilidad para todas estas causas, que ninguna de ellas pueda fagocitarnos a las demás, todos somos importantes, imprescindibles y muy necesarios. Nuestro carácter es así: orgullosos por donar, e indomables, nos guía la fidelidad, la libertad personal y ese afán por hacer lo correcto. Dona y haz que las tardes en sus días no huelan a resignación.